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La frase pronunciada por Orwell podría encabezar perfectamente el pequeño trabajo que durante un trimestre elaboraron un grupo de siete alumnas de cuarto de secundaria del IES Las Lagunas para la materia de Cultura Clásica.
Sólo pretendíamos rebuscar, de
una forma sencilla, en una época de grandes guerras y conquistas alguna huella
de la voz de las mujeres.
¿Qué se sabe de las mujeres en la
Antigüedad Clásica? La mirada que de ellas tenemos es la de los
hombres que gobernaban las ciudades y construían su memoria.
Los grandes escribas,
indiferentes al entorno privado, mostraban interés sólo por un mundo en el que
ellas no solían, ni podían entrar.
A veces, cuando lo intentaban, los
pensadores se inquietaban como ante un desorden que provocaba los mismos estereotipos que hoy en día. Esto
es así desde Heródoto o Tito Livio. En Roma las mujeres contaban para el censo
sólo si eran herederas.
A las mujeres se las representa
antes de que ellas mismas hablen. Las diosas poblaban el Olimpo de ciudades sin
ciudadanas; la Virgen reina en los altares donde ofician sacerdotes. Todo lo ha
inundado siempre una mujer imaginada e imaginaria.
Filósofos, juristas, teólogos,
historiadores, pedagogos… han definido siempre a las mujeres por el lugar que
deben ocupar, por sus deberes.
La historia de las mujeres es la
de su acceso a la palabra. Mediatizada, aún hoy por sus portavoces, los
hombres.
No obstante, a pesar de la gran
invisibilidad, encontramos ciertas huellas, ciertas voces…